Mecánica de disparos satisfactoria, ambientación chingona, historia enganchadora y un protagonista/narrador con una depresión que despliega humor hilarante. Eso es para mí Max Payne 3.
Desarrollado por la gente de Rockstar, este videojuego es continuación de los anteriores títulos del mismo nombre, para el PS2.
Max Payne 3 nos pone en la piel del detective del mismo
nombre (salvo el 3), quien luego de los eventos de los juegos anteriores, sigue
sumido en una profunda depresión y autocompadecencia permanente, de las cuales
logra olvidarse por unos instantes gracias a sus dos mejores amigos: don
alcohol y el señor analgésico.
Ahora Max no es más un policía de conocida y estereotípica
ciudad norteamericana, ya que ahora disfruta del júbilo depresivo en la
colorida ciudad de Rio de Janeiro, como guardaespaldas de una de las familias
más influyentes de la zona, los Branco. Conforme se desarrolle la trama,
descubriremos que Payne ha aterrizado en la zona gracias a un “amigo” (a quien
no recuerda haber conocido) que le ha
recomendado para el trabajo, Luis Pasos.
Todo va como miel sobre hojuelas hasta que una tarde, el edificio donde se lleva a cabo una reunión/fiesta/cita de negocios de los Branco, es tomado por asalto cuando un comando armado irrumpe intempestiva y agresivamente con el objetivo de secuestrar a los miembros de la acaudalada estirpe para la que trabaja Payne.
Y es en este momento cuando inicia el tutorial, tomamos el mando de Max y comenzamos con la cacería.
Dado que nunca tuve una PS2, no puedo comparar elementos del
gameplay de juegos anteriores respecto a este título, pero coincido con las
opiniones sobre lo pulido que está el control. Si has jugado otros títulos de
Rockstar, inmediatamente reconocerás el característico modo en que el personaje
se desplaza, algo rígido y lento, pero que va de acuerdo al estado físico de
Max, o qué, ¿esperabas que un cincuentón alcohólico y farmacodependiente con
sobrepeso tuviera la agilidad de Dante o de Kratos? Pues no.
Sin embargo controlar a Max no supone una dificultad y
ejecutar las acciones para superar los menesteres de la aventura, es bien
sencillo.
Como todo shooter en tercera persona cuentas con una mira
para saber a dónde va el plomo que repartes y, dicen los que saben, que el Bullet
Time ha sufrido un progreso importante en su dinámica; ahora cada que dispares
de manera certera hacia los enemigos, irás rellenando una barra que te
permitirá ejecutar el tan característico y letal movimiento de Max que
“ralentiza el tiempo” para refundir en los enemigos, con mayor precisión, ese
preciado calibre .45. Al momento del Bullet Time, Max es capaz de moverse y
apuntar en cualquier dirección, tomando ventaja en los tiroteos; otro aspecto a
destacar es el “tiro de supervivencia”, que activa automáticamente el Bullet
Time cuando hemos quedado casi sin energía vital a causa de una bala, por lo
que nuestra tarea será encontrar al enemigo que nos ha dado el último disparo y
eliminarlo; la recompensa es seguir con vida. Esto suena complicado pero en
realidad la cámara se sitúa automáticamente en la dirección del tipo que se ha
atrevido a ponernos con un pie en la Barca de Caronte.
Además de las
pistolas estándar de Max, podremos ir recogiendo las que encontremos escondidas
o que suelten los enemigos; hay una variedad saludable de armamento y podemos cargar
hasta tres armas a la vez. Mención especial tiene el detalle de equipar dos
diferentes armas a la vez, por ejemplo un revólver y una UZI. Como dato
curioso, podremos ir encontrando piezas para completar las versiones “doradas”
de las armas estándar, que tienen un tanto más de potencia de disparo.
Los enemigos en
general, representan un buen reto y son más letales en grupos grandes; la
inteligencia artificial es buena ya que se cubren, nos rodean, hacen disparos a
ciegas y nos persiguen cual terminator de metal líquido. Claro, hay varias
clases de ellos, desde el simple soldado carne de cañón, hasta el de mediana
intensidad con armadura o escudo, hasta el ponchudo y gigantesco que carga una
mini gun. De jefes de nivel ni hablamos, pues será rara la ocasión en que
hallemos alguno y de ser así, no serán un obstáculo por sí solos, pues hordas y
hordas de soldados los ayudaran para dejarnos como coladera.
A la experiencia
clásica a pie, se han agregado algunas secuencias en vehículos, que están
llenas de acciónyadrenalina hollywoodense, enriqueciendo así la experiencia y
haciendo de éste un juego redondo.
En cuanto a los
lugares que conoceremos en la aventura, no puedo más que alabar el trabajo de
Rockstar, que ha dotado de un nivel de detalle brutal a los escenarios. Hay
oficinas, exteriores de edificios, un centro nocturno, bares, barcos, favelas,
puertos, ríos, etc. En estos lugares se llevan a cabo misiones del tiempo
“presente” o a modo de “flashback”. Todos con una ambientación inmejorable y
totalmente inmersiva. En lo personal, las favelas y su detallada apología de la
miseria, me dejaron gratamente sorprendido, con el plus de la vestimenta de
guacamaya que trae Payne. ¿De verdad quería pasar inadvertido?
La presentación de
Max es destacable y su modelado es el mejor del juego (muy muy parecido a lo
que vimos en Red Dead Redemption y GTA IV, pero mejorado), con animaciones
fluidas y una mejor línea de diálogos.
Éste aspecto me ha parecido el sello característico de este título, pues todos
los acontecimientos, ya sean cinemas o in game, están narrados en pretérito por
la voz en off del Sr. Payne. Construidas de acuerdo al estado anímico y mental
del protagonista, desbordan un humor negro hilarante; por ejemplo cada que
encontramos un analgésico Max agrega “El lugar estaba bien abastecido” o “El
doctor conocía otro modo de aliviar el dolor”; si por ejemplo nos quedamos
demasiado tiempo sin avanzar en el escenario, la narración nos da un empujón
como “esa habitación tenía algo distinto, tenía qué averiguar qué era”; estos detallitos,
en mi opinión, fortalecen la afinidad que sentimos hacia el personaje y de verdad
le conceden personalidad al juego.
Dado que sólo le he
dado una vuelta a la campaña, no puedo hablar de los extras. En cuanto al modo
online, he escuchado que es muy bueno, sin embargo yo soy de la vieja orden y
no estoy apegado al juego en línea de este o cualquier otro título. Averiguadlo
por vosotros mismos.
Ah claro, el
sonido…dado que no recuerdo ninguna melodía, no la considero memorable, y si se
me escapa alguna tonada clásica de juegos anteriores, ustedes disculpen.
Max Payne 3 es un
excelente shooter en tercera persona con una campaña de mucha, mucha calidad
jugable, una historia de venganza a lo Hollywood y un protagonistas con
personalidad autodestructiva y una vida llena de dolor. ¡Oh sí! Señor Payne por
favor deje esa botella de alcohol, es malo para su salud…
”Sabía que el dolor
no se iría por mucho, pero era mejor que nada”.
(NOTA: esta frase no necesariamente aparece en el juego)